Lo cierto es que con la llegada del buen tiempo se me quitan todas las ganas de trabajar, y la ley del mínimo esfuerzo se apodera por completo de mi. Eso de levantarme y desayunar todas las mañanas en el jardín, darme un chapuzón en la piscina, encender el asador e improvisar una barbacoa, Sangría el fin de semana (rica, rica), cervecita con limón por la tarde y leer en el Kindle después de cenar, a la luz de las velas, no lo cambio por nada.
Pero lo mejor, y más especial de éste verano, es que voy a ser abuela de un momento a otro, porque mi hija mayor Patricia, está a punto de dar a luz y sale de cuentas el próximo 7 de Julio, en plenos Sanfermines. O sea… Que como mucho, sólo nos quedan 4 días de tranquilidad. ¿Podría una Pamplonica como yo pedir más? ¡Ainssssssss!
¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!
Este pequeñajo que aún no ha nacido, ya nos está revolucionando a todos. Soy consciente de que cuando nazca Markel, mi ley del mínimo esfuerzo alcanzará límites insospechados, y éste Blog, con sus Libros, sus Recetas y todo lo demás, pasará a un segundo plano, apenas subiré Fichas y prácticamente, ni me dejaré ver por aquí, porque tengo tantas ganas de disfrutar de mi nieto, que pretendo dedicarle todo el tiempo que pueda… O el que me permitan sus padres, claro. Además, ya tengo una excusa para sacar mi flamante y recién estrenada Canon 600D. jejejeje
A medida que se acerca el feliz acontecimiento, siento por momentos una presión en el estómago imposible de controlar… De esas que te quitan el sueño y no te dejan respirar. Dicen que el miedo es libre, ¿no? Pero por otro lado, ver a Patricia tan guapa y tan bien me reconforta e inmediatamente me tranquilizo, pues se la ve feliz, disfrutando de su Embarazo. Y, aunque está deseosa de que nazca su hijo, no demuestra impaciencia por la espera. ¡Sólo quiero que todo salga bien y que tenga una hora corticaaaaaaaaa! ¿Es mucho pedir? Creo que ahora entiendo cómo se sentía mi madre cuando nacieron mis hijos.
Nos vemos. Besos y… ¡FELICES FIESTAS!